La serie web Adulto contemporáneo celebra su primer aniversario

Hablamos con el cofundador de Dirty Kitchen, compañía creadora de la serie que ya tiene más de cuatro millones de visitas.

Por El Espectador

26 de septiembre de 2014

La serie web Adulto contemporáneo celebra su primer aniversario
La serie web Adulto contemporáneo celebra su primer aniversario

Federico Barragán es el CEO y cofundador de Dirty Kitchen, la productora detrás de la serie web Adulto contemporáneo, que ya cumple un año al aire. La empresa se constituyó a finales del 2010 con la firme intención de conseguir una oficina y un proyecto que les dejara abrirse campo en el medio. En esa búsqueda llegó su primera serie, Cositas de niñas, que salió al aire a principios del 2011. Su idea inicial fue hacer doce episodios, pero la recepción fue tan positiva que la serie sigue al aire y ya cuenta con más de ochenta capítulos. Aparte de sus dos mayores éxitos, la productora hace otras series por pedido para clientes como Alquería, Mountain Dew y Google.

Una de sus características que la han llevado al éxito ha sido siempre explotar su autonomía creativa, haciendo las cosas de una manera diferente. Para empezar, Barragán buscó hacer la distribución de los contenidos por Internet, entre muchas razones, para tener total propiedad y control sobre el resultado final. Además todo el equipo de Dirty Kitchen se esforzó muchísimo para lograr una alta calidad.

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Desde el concepto hasta la ejecución, el proceso es comprehensivo. La cinematografía es impecable, el libreto se siente orgánico, casi improvisado, y tienen hasta diseño gráfico incorporado en las series.

¿Por qué hacer una serie sobre la vejez, o el envejecimiento de un joven?

A la hora de hablar de envejecer, muchas veces uno cae en lo patético, cae en el «¡Uy, qué mal estamos!», o «¡Uy, qué oso estar acá!». De entrada dijimos que no queríamos hablar así sobre ese tema. Siempre nos hemos esforzado en no juzgar, no queremos ser ese medio que aprueba o desaprueba.

Con el ingrediente del locutor, el adulto contemporáneo se convierte en un espécimen exótico para estudiar. ¿Cómo decidieron introducir este personaje?

Cuando llegamos a la conclusión de que queríamos contar estas historias sobre dejar de ser jóvenes, empezamos a ver formatos con un punto de vista más profesional y ejecutivo, compartiendo películas que veíamos y formatos que encontrábamos. En esas llegamos a tres formatos que al final eran lo mismo. Uno era Naturalia, la serie de RTI, porque nos gustaba ese recuerdo que todos teníamos de mirar la naturaleza a través de un locutor. Otro era Walt Disney cuando explicaba el Epcot Center y sus proyectos del futuro, en su oficina, con maquetas, su escritorio, todo eso. Y por último, también de Disney, los capitulos de Goofy donde el protagonista está manejando y hay una voz en off que se la monta y lo borra y lo vuelve a dibujar. Esas fueron tres interacciones que nos gustaron mucho de un personaje con su contenido, y queríamos que fueran el hilo conductor.

Hay una naturalidad refrescante entre los personajes de Adulto contemporáneo, casi como si fueran amigos. ¿Hay algo de improvisación en el libreto?

Queríamos que el actor improvisara pero el actor se siente cada vez más cómodo con eso. En las primeras sesiones de producción, por ejemplo, se esperaba que se diera el acción para empezar la improvisación, pero ahora uno se da cuenta de que ya llegan en personaje, todo el tiempo están ahí conectados.

¿Pero son amigos? Tiene que contarnos si hay romances entre ellos.

Que yo sepa, no. Y nadie me ha contado nada, incluso tampoco he visto nada en nuestras fiestas. Todos somos grandes amigos, pero no hay nada que uno diga «Ey, este par está como cerquita».

¿Hay algún personaje que sea inspirado en un conocido?

Todos los personajes están inspirados en conocidos, pero conocidos comunes. Cuando empezamos a crear el producto, uno decía «Yo tengo un amigo que es así o así». Y cuando fuimos encontrando esos vínculos entre todos, empezamos a ver cuáles eran los personajes. Todavía hay muchos por meter.

¿El adulto contemporáneo que vive con sus papás es uno de ellos?

Ese es un fenómeno muy chévere. Hay un momento de tensión viviendo con los papás. Y hay un momento donde vivir con los papas es guerra. Pero es muy peligroso porque esa guerra no es eterna. Si usted aguanta y se queda, con el tiempo va a llegar a la mejor condición posible, que es vivir en paz con sus papas en una casa donde la comida siempre está rica, donde usted ya puede hablar con sus papas y reírse un rato, donde ya no lo van a molestar por nada de su intimidad, ni por su pareja, ni por la ropa.

Aunque, claro, quedarse ahí es aún más peligroso. Uno ve gente que se va de largo con los papás.

Ese personaje existe; hay varios personajes que no están en la serie. Ese es uno. Otro que me parece muy interesante es esa pareja que se ama, pero que se separa porque uno quiere tener hijos y el otro no. Ese es un momento de proyección sentimental muy importante, cuando uno es feliz y siente que la otra persona es su pareja, pero se encuentra entrando a una etapa de la vida donde ser papá o no es una decisión que puede significar terminar y volver a construir desde cero. Uno ve grandes amores acabarse por eso.

Están los divorciados. En la serie hay una divorciada, pero uno no se preocupa por quién fue su esposo. Es más, esas situaciones que acaban con grupos de amigos, porque están bien y de pronto se separan y, carajo, ahora quién se queda con qué. Y también nos falta toda la comunidad LGBT, que mucha es adulta contemporánea y tiene sus propios síntomas. Vienen muchos personajes que se van a ir introduciendo en la serie. Eso nos tiene muy contentos.

Fotos: Camila Díaz

Locación: Hotel cité, Bogotá.

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