Agradecimiento para el Ángel de Juan Sebastián

Agradecimiento para el Ángel de Juan Sebastián

Después de descubrir una leucemia en mi hijo, me resultaba difícil sonreír. La revelación causó un dolor muy grande en la familia, pero a partir de entonces se iniciaron una serie de gestos maravillosos de solidaridad y oraciones de familiares, amigos, compañeros de colegio, profesores, padres, jugadores de la escuela de futbol, médicos y enfermeras de la clínica, que fortalecieron nuestros espíritus y el de Juan Sebastián.

Esa energía permitió que a los once días de ser sometido a un tratamiento eficaz, oportuno y altamente calificado, mi hijo doblegara gran parte de su enfermedad y al mes lograra superar el  primer ciclo de su tratamiento de manera positiva para regresar a casa. El proceso será largo, pero mi hijo tendrá la oportunidad de vivir bien y sonreírle a la vida que es maravillosa.

Los gestos de solidaridad que más nos han conmovido son los de los niños. Sobre todo, sus compañeros de fútbol y los de su colegio.

Sus amigos jugadores se propusieron ser campeones de la Liga de Bogotá en su categoría portando el nombre de mi hijo en sus camisetas como su estandarte (lo llamaban su campeón), mientras Juan Sebastián recibía las punciones y la quimioterapia. Los niños lo lograron y en su camino dedicaron cada victoria a mi hijo. El día que lograron el campeonato llegaron al hospital con la copa y con una medalla para mi hijo.

Sus compañeros de colegio y sus profesores mandaron también todo tipo de cartas, notas  y detalles que hicieron feliz a Juan Sebastián en medio del tratamiento. En su clase, los niños han puesto en su pupitre un muñeco de peluche que reemplaza a mi hijo. Lo llaman “García” como símbolo de que Juan Sebastián sigue con ellos y de que ellos están con Juan.

Pero Lela, una compañera de colegio de 10 años, quiso ir más allá después de que la profesora de música le dijera que si Juan permanecía entretenido y no pensaba en su leucemia, se curaría. Lela pensó entonces en que su labor consistía en mantener ocupado a Juan Sebastían durante el tiempo de su hospitalización. Primero trajo una cajita preciosa con una carta de instrucciones.

La caja contenía diez detallitos sorpresa para Juan, que él debería abrir uno por día. Describo los maravillosos regalos de Lela de forma textual:
Regalo para día  Uno (1): «Una piedrita para darte mucha fuerza». 
Regalo para día dos (2): «Una pluma para que te haga cosquillas cuando estés triste». 
Regalo para día tres (3): «Una almohadita para que le des puños cuando sientas rabia». 
Regalo para día cuatro (4): «Una estampita de la Virgen para que tu segunda madre esté siempre contigo».
Regalo para día cinco (5): «Polvos mágicos de hadas para cuando necesites pedir un deseo».  
Regalo para día seis (6): «Una foto mía abrazando un gatito para cuando necesites un abrazo». 
Regalo para día siete (7): «Un angelito para que te cuide de noche y de día». 
Regalo para día ocho (8): «Unas semillas para que algo nuevo crezca en ti». 
Regalo para día nueve (9): «Un CD con algunos de las canciones que he grabado para que las escuches cuando estés aburrido». 
Regalo para día diez (10): «Un corazón para que nunca se te olvide lo mucho que te queremos tus amigos».

La noche de las semillas acompañé a mi hijo en el hospital y abrimos juntos la sorpresa. Duramos diez 10 minutos riendo. Las semillas eras de anís y Juan estaba aburrido de la aromática de anís que le daban todos los días para superar las reacciones de su quimio.

Después de ver tanto amor y ternura pura y sincera, le dije a mi esposa María Clara y mi hijo Luis Alejandro que Lela era simplemente alguien especial: Se trataba de un ángel para nuestro hijo.

Lela siguió en su labor. Ella no sabía que a pesar del fuerte dolor y la debilidad que yo sentía,  trataba de hacer gestiones para que mi hijo recibiera un mensaje de aliento de James Rodríguez, el ídolo de mi hijo futbolista.
 

El domingo 30 de noviembre Lela llegó con su nueva sorpresa para mantener ocupada la mente de Juan. Eran las cinco de la tarde. El cansancio de estar en un hospital por más de treinta días era evidente.
 

Se trataba de un video que contenía grandes sorpresas. Lela logró lo imposible: más de 92 mensajes de apoyo para Juan Sebastián de personajes de la política, la farándula, el deporte, la música, el periodismo y personas del común, que en un gesto de grandeza y generosidad le enviaron  mensajes de apoyo para que superara las dificultades de salud. Mensajes de paz, amor y felicidad a Juan y su familia. 

Gracias a todos, las palabras de agradecimiento de la familia García Polo no alcanzan para honrar todas las sonrisas y gestos de felicidad que ustedes lograron en mi hijo, con sus hermosos mensajes y experiencias.

Gracias en especial a nuestro Ángel protector Lela por hacer realidad el sueño de un padre con el alma un poco arrugada, quien ha encontrao en todos ustedes alientos para seguir adelante con su familia en esta lucha ardua que vamos a ganar.

Mi hijo también tiene la fortuna de contar con un seguro de salud, cosa que no ocurre con otros niños y adultos enfermos en Colombia.

Quiero agradecerles a todos y de forma especial el mensaje del presidente Juan Manuel Santos para mi hijo y contarles que llevo más de seis años estudiando el tema del sistema de salud y luchando para que sea reformado pensando en la gente, en especial para que los niños del país tengan la oportunidad de vivir sanos.

Acabar con autorizaciones tardías de citas para la atención especializada de niños con leucemia, que demoran hasta 45 días y los sentencia a la peor de las suertes. Les pido que su gran gesto de humanidad para con mi hijo adorado y Lela, se haga extensivo al sistema de salud, en especial para aquellos niños que no tienen recursos ni seguros para recibir la atención adecuada en salud. Los padres de esos niños, además de sentir el gran dolor que ahora siento con mi familia, deben luchar contra un sistema de salud adverso que no considera el dolor, la salud y la vida.  

JuanSe y Luis
 

Fotos: Archivo particular.