Paula Escobar, la chilena que prohibió en su revista el uso de Photoshop

Esta periodista prohibió en la revista Ya el uso del retoque digital, el empleo de modelos menores de edad y bajas de peso y la publicación de notas sobre dietas milagrosas. Su idea ha generado un gran debate.

Por Gloria Castrillón

10 de mayo de 2014

Paula Escobar, la chilena que prohibió en su revista el uso de Photoshop
Paula Escobar, la chilena que prohibió en su revista el uso de Photoshop

Paula Escobar, la chilena que prohibió en su revista el uso de Photoshop

Fotografía por: Carolina Akel

Poco faltó para que la llamaran loca. Su idea sonaba descabellada, fuera de lugar. Se trataba de eliminar, así de tajo, el uso de Photoshop para la producción de las fotografías de la revista Ya, la más prestigiosa y leída publicación femenina de Chile. La herramienta, que ha revolucionado el manejo de la imagen en los últimos 24 años, se había convertido en la mano derecha de fotógrafos, diseñadores, ilustradores, publicistas y artistas. Sin exagerar, se puede decir que casi todas las imágenes que vemos a diario han pasado por esta aplicación. ¿Qué sentido tenía, entonces, prescindir de su uso, si estaba comprobado que era la ayuda ideal para lograr la foto perfecta?

Para la directora de la revista, Paula Escobar Chavarría, fue una de las mejores decisiones en los 31 años de existencia de la publicación, perteneciente al poderoso y conservador grupo editorial Mercurio. «Nos dimos cuenta de que entrábamos en una seria contradicción si queríamos mostrar a una mujer empoderada y reflejar las mayores conquistas logradas en este siglo XXI; una mujer que trabaja, que tiene la libertad de decidir si es madre, si se casa, pero en las páginas de moda mostrábamos una mujer esclava del prototipo de belleza de mujeres muy delgadas, muy jóvenes».

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Debatieron la reflexión en el equipo de la revista y se la llevaron a Cristian Zegers, el director de El Mercurio. «Estuvo de acuerdo desde el primer momento. Esas modelos que salen en la revista son flaquísimas y demasiado jovencitas, nos dijo. Pero es necesario que hagamos un compromiso público», recuerda Paula. Así inició una campaña que no solo incluye la eliminación del uso del Photoshop en la publicación. Se trata de una guía de buenas prácticas para promover una imagen saludable de la mujer actual, lejos de los cánones impuestos por la moda y la tiranía de la eterna juventud y la delgadez.

El compromiso fue contratar, a partir de enero pasado, modelos mayores de 18 años y con un índice masa corporal por encima de 18,5 %, establecido por la Organización Mundial de la Salud como aceptable. Para garantizar su cumplimiento, la revista exige a las agencias los documentos de las modelos y el requisito de que las chicas pasen por un examen médico que certifique un peso saludable. Además, asumieron la obligación de promover una reflexión sobre la imagen de la mujer en los medios, a través de un seminario anual y tres foros regionales con mujeres líderes de los medios en Chile.

 

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Lo más díficil de esta portada fue evitar la piel de gallina de la modelo porque el agua estaba helada. Usaron maquillaje a prueba de agua.

 

¿Cómo recibirían los anunciantes la idea de abandonar un estereotipo creado y soportado por la publicidad y el consumismo? Paula dice que los gerentes y ejecutivos creyeron que se trataba de una idea novedosa que hablaba de un periodismo de excelencia, de calidad y de vanguardia. «Nunca tuvimos la noticia de que alguien dejaría de pautar en la revista. Todo lo contrario, tres meses después de nuestro compromiso, muchas empresas quieren ser auspiciadoras».

Esta mujer, de 45 años, lleva trece dirigiendo las revistas del grupo Mercurio. Tiene una amplia trayectoria en este campo, porque antes de este cargo dirigió la revista Caras y fue gerente de revistas de Televisa en Chile. Fue elegida en 2006 como una de las cien mujeres líderes de Chile y nombrada Joven Líder Global por el Foro Económico Mundial. Sus proyectos editoriales han estado enfocados en mujeres líderes y las mujeres en el poder. De hecho, dos de sus cinco libros están en esa tónica.

Uno fue la biografía de Totó Romero, una octogenaria periodista chilena que fue catalogada como la gran retratista de la sociedad chilena, fallecida en 2011; el segundo se llamó 24/24, un día en la vida de 24 mujeres chilenas, en el que destacó la fuerza transformadora de importantes lideresas y que fue profusamente elogiada por el escritor Tomás Eloy Martínez. Este texto sirvió de reflexión ante la coyuntura del ascenso al poder de Michelle Bachelet. Su último libro, que lanzará en quince días, se llama Yo Presidente/a. Lecciones de liderazgo de cinco gobernantes chilenos.

Paula fue miembro de la Comisión Bicentenario y su trabajo le mereció ser distinguida por la Universidad de Yale, al nombrarla Yale World Fellow, hace dos años. Actualmente es consejera de Comunidad Mujer, una organización no gubernamental dedicada a la inclusión de la mujer en el mundo laboral y a promover la capacitación en liderazgo de las chilenas.

Su idea, pues, no parece ser un simple anuncio publicitario o moda de un día. De hecho, tuvo que enfrentarse a los malos augurios del mundo de la moda. Le dijeron que no encontraría fotógrafos dispuestos a producir sin Photoshop, que las modelos no querrían salir en la revista, que los grandes personajes se negarían a dejarse fotografiar en esas condiciones. No ocurrió ni lo uno ni lo otro.

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Para Paula Escobar, la fotografía periodística es un documento, y por lo tanto, no debe cambiarse.

La portada de la izquierda, fue tomada con luz natural, que es la mejor cuando se sabe usar.

 

Lo que sí hicieron Paula y su equipo fue planear el trabajo. «Llamamos a diez fotógrafos muy importantes a que se comprometieran a trabajar así, luego otros más se sumaron por interés propio. Ahora muchos nos llaman porque quieren demostrar que son buenos fotógrafos, que pueden hacer fotos bellas sin artificios, que sus productos no necesitan retoque».

Se prepararon para recibir un «no» de las agencias de modelos. «Al principio fue difícil que aceptaran mandar a las modelos al médico para el certificado, pero ya se dieron cuenta de que es positivo porque estamos creando un mercado para mujeres que antes eran rechazadas por no ser andróginas, o por tener curvas. Ya tenemos nuestras propias modelos».

Las productoras también tuvieron su reticencia a la idea. Predijeron que se quedarían sin trabajo, pero luego de un período de ajuste, recibieron el apoyo de maquilladores y casas de moda. Las actrices, políticas y figuras públicas han estado felices de participar y hasta hicieron parte del testimonial apoyando la iniciativa.
El balance, tres meses después, es más que positivo. Paula ha logrado sostener su tesis de que la fotografía periodística es un documento, y por lo tanto, no debe cambiarse; que las mujeres en América Latina tenemos curvas y no debemos adoptar modelos físicos esqueléticos. «Esos no son nuestros cuerpos. Si seguimos persiguiendo ese modelo, estaremos siempre insatisfechas».

Otro de los logros ha sido lograr una mayor exigencia en el trabajo de preproducción. Carolina Akel, la directora de arte de la revista, dice que el reto más difícil ha sido cuidar hasta el último detalle de la producción y el maquillaje durante la toma de la foto. «Hay cosas que a veces, por el apuro, arreglábamos en posproducción. Pero ahora la foto tiene que salir perfecta de la cámara del fotógrafo. Hay que concentrarse mucho en la toma porque son fotos que se hacen en muy poco tiempo», explicó.

No en vano el CEO de Adobe, el desarrollador de Photoshop, Shantanu Narayen, dijo al celebrar los veinte años de su creación: «No es una exageración decir que, gracias a millones de clientes creativos, Photoshop ha cambiado la manera en que el mundo se mira a sí mismo». Para Paula Escobar es más simple: «Fue una distorsión innecesaria».

 

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Mucha paciencia, una tonelada de ropa roja y tres maquilladoras se necesitaron para esta portada, sin retoque. Tuvieron que maquillar piernas y brazos y planchar la ropa de manera obsesiva.

 

 

Otros casos sin Photoshop

Ana Wintour, directora de Vogue británica, viene luchando hace dos décadas, contra los excesos de la industria y promueve una imagen corporal sana. Nunca ha publicado un artículo sobre cirugía estética o dietas de adelgazamiento, ha liderado la mejora en las condiciones de trabajo de las modelos y en 2009 escribió una carta a las grandes firmas reprochándoles que las prendas de muestra solo sirvan a las más delgadas de las maniquíes.

En 2008 la diputada francesa Valerie Boyer promovió una ley para obligar a las revistas a hacer una advertencia expresa sobre el uso de retoque digital en sus fotos con el fin de luchar contra la imagen deformada de los cuerpos de las mujeres en los medios de comunicación. "Estas imágenes pueden hacer creer en una realidad que a menudo no existe", dijo Boyer para explicar que la ley debía aplicarse a las fotografías de prensa, a las campañas políticas, a la fotografía artística y a las imágenes de los envases, así como a los anuncios.  Aunque no fue promulgada, sirvió para abrir el debate.

Roselyne Bachelot, ministra de Salud en Francia promovió la firma de la Carta de Compromiso voluntario sobre la imagen del cuerpo y contra la anorexia, en 2010. Fue suscrita por la Oficina de Control de la Publicidad, la Federación Francesa del Prêt-à-porter Femenino, el Sindicato de Agencias de Modelos y la Unión Nacional de Agencias de Modelos. Se comprometieron "a no aceptar la difusión de imágenes de personas, sobre todo si son jóvenes, que puedan contribuir a promocionar un modelo de delgadez extrema". Además, se obligaron a “promocionar en el conjunto de nuestras actividades una diversidad en la representación del cuerpo, evitando todo estereotipo que pueda favorecer la constitución de arquetipos estéticos potencialmente peligrosos para las poblaciones más débiles".

Israel es el único país que ha promulgado ley para prohibir las imágenes de modelos muy delgadas en la publicidad. La norma prohíbe mostrar imágenes de modelos masculinos o femeninos con un índice de masa corporal (IMC) de 18,5 o inferior. La ley fija además que se indique claramente sobre las imágenes utilizadas si se ha utilizado Photoshop o cualquier otro programa de tratamiento de imágenes para retocarlas con objeto de afinar la apariencia de la modelo. La legislación se aplica a las imágenes impresas, las vallas publicitarias, los anuncios de televisión y también afecta a las campañas publicitarias extranjeras que sean importadas a Israel.

Madrid fue la primera capital europea en prohibir en septiembre de 2006 que las modelos con una masa corporal menor de 18 desfilaran en la Pasarela Cibeles, la gran cita de la moda de la capital española.

 

Por Gloria Castrillón

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