La geometría de la diseñadora colombiana Adriana Santacruz

“Cuando presenté mi primera colección, en el 2000, me di cuenta de que lo mío no existía y cree mi propia tendencia: moda con espíritu”. / Fotos Zico Rodríguez / Cortesía Adriana Santacruz.

Adriana Santacruz elabora sus diseños en un taller en Pasto. Allí, cerca de la montaña, en compañía de sus perros, siente una conexión especial, diferente. Establece una relación con la naturaleza que nutre su esencia creativa. Formas caprichosas, ventiscas, árboles, hojas, tonalidades inesperadas. Todo empieza a componer la savia de sus diseños, esos que tomaron el nombre de Geometría y desfilaron en la pasarela Cromos en el Bogotá Fashion Week. (Puedes leer: Colección 'Geometría' de Adriana Santacruz y Cromos en Bogotá Fashion Week 2019).

“La geometría es una forma de leer la vida, de encontrarnos. Las culturas antiguas creen que la energía de la naturaleza tiene un origen sagrado y se activa a través de las formas. En la geometría está la composición de la tierra y de allí partió mi colección. Mi trabajo se construye a través de la magia y la metáfora”, explica.

Y es que de la naturaleza Adriana recibe información y, dice, así viaja a otros mundos y sus historias. Esas que se convierten en piezas únicas: ruanas, abrigos, maxivestidos, abrazos elaborados en telares manuales que sorprenden con inusitadas mezclas de color. (Te puede interesar: Adriana Santacruz de Pasto para el mundo).

La paleta nació en el blanco y negro para irse tiñendo de azules, marrones y el cálido amarillo. La génesis de la colección se dio en agosto del 2018 y desde entonces se fueron ajustando los detalles y las formas. Hoy, Adriana lee en la propuesta aires de art decó, que le permitió mostrarse tal y como es: ¡una colorista!

Es una colección en la que se aprecia la riqueza de los rombos, los cuadros y las líneas, a manera de danza. Ella reconoce que Geometría es tenue, en comparación con sus trabajos previos, y da paso a la expresión de las formas.

Cuando busca palabras para definirla, para resumirla, Adriana se encuentra con “armonía” y “coherencia”, para establecer esa relación profunda con la pieza, la colección y quien la lucirá al final. Una cadena de sensaciones que empezó en un telar rectangular instalado en una montaña de Nariño y que no se sabe a dónde irá a entregar su abrigo. (Te invitamos a leer: Adriana Santacruz : "Siempre estuve al lado de las mujeres indígenas tejiendo en su guanga").