La ciencia sugiere que cenar temprano, en armonía con el ritmo circadiano, puede tener beneficios para la salud. Sin embargo, la “hora perfecta” para cenar es relativa y depende de diversos factores individuales.
La clave radica en la moderación, la escucha del cuerpo y la adaptación a un horario que funcione para cada persona, permitiendo así disfrutar de la comida de manera saludable y placentera.
Sigue a Cromos en WhatsAppNuestro cuerpo sigue un ritmo circadiano, un reloj biológico interno que regula funciones como el sueño y el metabolismo. La ciencia sugiere que cenar temprano, alineándose con el ritmo circadiano, puede ser beneficioso. Comer en sintonía con nuestro reloj biológico puede mejorar la digestión y la calidad del sueño, mientras que cenar tarde puede alterar estos procesos.
Según el médico endocrino Óscar Rosero, la mejor hora para cenar es antes de las 7:00 p.m. Así lo explica: “La mejor hora para la cena es antes de las 7 p.m. Todos tenemos relojes internos que ciclan en periodos de 24 horas, la hora de alimentarnos es tan importante como la calidad de lo que comemos. No es lo mismo un carbohidrato en la noche que al medio día. Una vez ajustas la calidad de lo que comes, la siguiente tarea será ajustar los horarios”.
En cuanto al metabolismo y la digestión, hay estudios indican que la velocidad del metabolismo puede variar a lo largo del día. Cenar muy tarde puede interferir con la eficiencia del metabolismo y contribuir al aumento de peso. Se recomienda cenar al menos dos o tres horas antes de acostarse para permitir una digestión adecuada y evitar problemas como el reflujo ácido.
¿La hora perfecta para cenar? Esto dice la ciencia
¿Cuál es el impacto en la calidad del sueño? Se ha encontrado que comer una comida pesada o muy rica en grasas y azúcares puede afectar negativamente la calidad del sueño, lo que puede resultar en una mayor sensación de cansancio y falta de energía durante el día.
Factores a tener cuenta a la hora de cenar temprano o tarde
Influencia en la salud cardiovascular
Investigaciones recientes sugieren que la hora de la cena puede influir en la salud cardiovascular. Cenar tarde se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Esto podría deberse a la interacción compleja entre el momento de las comidas y la capacidad del cuerpo para procesar nutrientes.
Factores individuales y estilo de vida
La “hora perfecta” para cenar puede variar según los horarios individuales y el estilo de vida. Aquellos que siguen un horario laboral nocturno pueden necesitar adaptarse a horarios de comidas diferentes. Además, las preferencias personales y las necesidades calóricas juegan un papel importante en la elección del momento de cenar.
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